viernes, 25 de mayo de 2012

LOS TOREROS MEXICANOS EN LAS VENTAS DE MADRID

Cuando vayas a Madrid TOMADO DE TOROS ES TORO.COM [Bardo de la Taurina] Mientras en México los políticos siguen haciendo de las suyas abusando de falsas promesas, engañosas embestidas y hasta amorosas lágrimas de pejelagarto... ...producto de lo que sucedió allá en Madrid durante la Feria de San Isidro, el fin de semana pasado fuimos embargados por la congoja de saber que en la urna del toreo español uno de los más sólidos candidatos a convertirse en mandamás Arturo Saldívar, no refrendo las encuestas al no alcanzar la mayoría para que los pañuelos blancos se retrataran en los tendidos cuando sus huestes esperaban carro completo ¡solo intenciones! las que no evitan, aunque suene crudo decir que una oreja si la debió arrancar a como diera lugar para hacerse de un triunfo por la vía del voto popular y en cambio solo expreso ‘Ya será otra vez’, ¡Puras Promesas!. Así llegó el sábado donde entre un telón de agua sólida apareció Octavio García El Payo con aureola de embajador mexicano, lo bueno que una de las poquísimas y respetabilísimas taurinas que de esto entienden ‘Miss Sarajevo’ nos aclaro a través del Twitter que los toreros (cita textual) ‘No van en representación del país, el torero va por su propia cuenta, siempre los triunfos y fracasos son personales’ ¡Bien dicho! porque si no ya nos estarían diciendo que taurinamente somos un país tercer mundista cuando lo somos de segunda y pa’que quede claro que provoco que allá se acuñara el termino ‘payolada’ el cual se debió al desfortunio que embargo al ‘El Payo’ y el cual el maestro Marco Aurelio Bastarrachea explicó así (cita textual) ‘Éste pedo es muy simple: Si no estas para ir a Las Ventas, no vayas a Las Ventas!!! ¿O no? No tiene mucha ciencia.’ y ante eso como que no cabría lo expresado por quien firma como Oliver Godoy (cita textual) ‘Ahora resulta que todos crucifican al payo joder!!!’, bueno el Bardo cree que por lo que no demostró ‘El Payo’ o sea enjundia, no se puede culpar a la afición y menos por expresar su opinión, máxime que ningún taurino llevo al ruedo el madero y los clavos con los que se auto-crucifico el rubio carita de Nazareno, lo que provocó que ‘El Guerra’ quién es patriarca de las tablas de los mandamientos ‘De Sol y Sombra’ asentara (cita textual) ‘Hay tardes claves en la vida de un torero, donde no se puede estar mal. Hoy para El Payo terminó su carrera en España por un tiempo’, y para sintetizar este pasaje y que sirva pa’que se la apliquen los que andan por allá, la sabiduría de un señorón de campo bravo respetado en todas las latitudes y que con sus letras nítidas y contundentes invita doctrinalmente a la reflexión Don Rafael González; (cita textual) ‘Hay tardes en que el Torero debe de salir a morirse, cruda realidad!!!’. Y aquí bien cabría un inciso como dicen en España para apostillar la posibilidad de que la conducta de estos coletudos en Madrid, puede obedecer en intensidades diferentes a que se sienten tan cobijados por el poder de su Alma Máter o sea Tauromágia la que pase lo que pase, les puede dar curul en los palenques importantes y esto parece estarles provocando una epidemia de confianza pues saben que mañana la mesa volverá a estar servida en algún banquete, aunque creo que en esta ocasión el ‘Potaje Madrileño’ del plato a la boca se les ha enfriado. El lunes de apenitas, Eulalio López Zotoluco paso por la legendaria Sastrería Fermín para ajuarearse de mariscal en seda verde patria y oro centenario y pasar lista en la plaza de la calle de Alcalá, en donde primero le esperaba un ‘judas’ llegado del ‘Valle de los ojeéis’ al cual ‘Zotoluco’ con valor, entereza, honradez, academia y voluntad lo confeso y luego lo mando a tiznar a su madre que era lo que se merecía el ‘escariote’ al que otro ‘maléfico’ guadañero y mansurrón trato de vengar y también se fue al infierno con la cola retorcida porque Eulalio López lo solvento con oficio y si por ahí alguno malinchista tozudo le quiere encontrar un pecado que tire la primera piedra y ojala no sea viliar. Y pa’ el miércoles 23 se dio la presentación mexicana más esperada que lo era la de Juan Pablo Sánchez ‘El Mesías de Agüitas’, quién vendría por la confirmación de por qué es un elegido y sin más saco las credenciales las presentó en la aduana y paso como Juan Pablo por el Vaticano Taurómaco pleno de virtudes y sobre todo de esperanzas para la fiesta que aparte de brava también es de fe. Y el ‘juebebes’ como dice Don Jorge Anciola hombre de trapío y taurinismo impresionante que además las manda cantar junto con Angelillo Bernal ‘El Gitano de la voz moruna’ en www.toroestoro.com, apareció Diego Silveti con el alma forrada de ostia pureza y dorado copón para de entrada bordar el evangelio al brindar a ‘Su padre David que esta en el cielo y a su padre Alejandro que esta en la tierra’, después por esas cosas de la liturgia torera no comulgo con el de inicio y pa’la segunda llamada Silveti se subió al pulpito y desde ahí puros lamentos porque el de la sotana negra no dio ni limosna. Bueno por ahora ya estuvo porque la calor esta embistiendo que es un martirio y hay que mitigar la sed con lo que se pueda siempre y cuando sea de alto octanaje pa’ seguirle en la siguiente ‘calumnia’ con lo que rubricó el novillero Sergio Flores y los matadores Fermín Spínola e Ignacio Garibay en el colofón del serial madrileño en lo que se refiere a la mexicanidad.

domingo, 20 de mayo de 2012

COMO LLEVAR AL NUEVO AFICIONADO A LA PLAZA



domingo, 20 de mayo de 2012

COMO LLEVAR AL NUEVO AFICIONADO A LA PLAZA


El toreo es un espectáculo equiparable a la ópera o al teatro de vanguardia - Foto: Raúl
tomado de venezuela taurina.com* El toreo es un espectáculo equiparable a la ópera o al teatro de vanguardia. Hace falta atraer a 
los jóvenes con carteles de primera línea

por: Andrés Sánchez Magro - tomado de larazon.es - 15 Mayo 12 

Hay una fecha tradicional en el calendario taurino que es la corrida de primavera en Brihuega, bella y escondida localidad de Guadalajara, a la que todos los años acuden las gentes del toreo. En este 2012 se acartelaban Morante de la Puebla, Juli y José María Manzanares y la expectación era desbordante. Los bares, tabernas, casas de comida, incluso coches bullían de gente joven que desbordaban de ilusión el hecho taurino. Chaquetas bien cortadas, vaqueros de marca, patillas amorantadas y bolsos de firma adornaban el ambientazo que se deslizaba hacía el coso de La Muralla. Luego, una lluvia torrencial e imprevista frustró el acontecimiento, pero lo relevante fue comprobar cómo el arte de Cúchares interesa a las nuevas generaciones si hay programaciones de primera línea. Muchos empresarios, detrás de la mata de la crisis, deberían tomar nota acerca de que las nuevas élites culturales económicas españolas no vuelven la cara al espectáculo de los toros cuando en lo alto del cartel hay toros y coletas de interés.

¡Qué difícil resulta invitar a chicos de veinte años a seriales tan mediocres como la pasada Feria de Abril, la bostezante Feria de Fallas o el tedioso sobre el papel serial isidril! Competir hoy como espectáculo de masas con el todopoderoso fútbol o los conciertos multitudinarios es una tarea épica a la que los taurinos parecen haber renunciado. Se desconoce la carga artística, emotiva y ética del hecho taurino, verdadera escuela de vida y buenas costumbres que usualmente ha sido valorada por los hombres de pensamiento y por la sociedad vanguardista. Los nuevos taurinos son los viejos taurinos, pues las generaciones se han venido sucediendo al calor de la propia evolución de la tauromaquia. Los toros, como decía de la novela Stendhal, son un espejo al borde del camino. La sociedad de Frascuelo y Lagartijo nada tiene que ver con la que aplaude a El Fandi o a José Tomás. Y aunque en los tendidos siempre ha habido gente importante, bellas damas y el pueblo más bizarro, la propia evolución de la tauromaquia se ha hecho al compás de los nuevos roles sociales.

El arte más intenso, fugaz y genuino que pueda existir necesita ser cantado y contado. Los empresarios deben de olvidarse del corto plazo y alegar el principio de riesgo y ventura como excusa para desanimar a las nuevas caras de las plazas de toros. Desde luego hace falta un pacto general para que esas numerosas iniciativas públicas que prohíben que los menores vayan a las plazas, sean rechazadas ¿Cómo seríamos aficionados si no hubiéramos acudido de la mano de nuestros abuelos a ver a El Cordobés o las salidas de El Viti por la puerta grande de Las Ventas? Los toros necesitan refrescar la sangre de su afición, conectar con los sectores más emergentes de la sociedad de consumo y legitimar un acontecimiento artístico que nada envidia a la ópera o al teatro de vanguardia. Ahora que vivimos la eclosión escénica del festival de otoño madrileño, sería conveniente que más allá de las ficticias Ferias del Arte y de la Cultura se programen carteles de habano caro y de perfume seductor en los tendidos. Los toros del siglo XXI requieren la propia modernización de sus ofertas, con ese difícil equilibrio que suponga no perder la esencia e integridad del toro y del rito.

En estos tiempos en que el ministerio de Cultura ha pasado a ser el refugio administrativo de la tauromaquia, los empresarios liberales de lo taurino deben aportar la verdadera atracción que son combinaciones de toros y toreros que permitan llenar las plazas. El anhelo romántico y equivocado de una afición que sólo existió hasta los años 60 en nuestro país puede ser el primer paso hacía un desenlace tan triste como el catalán. Hay nuevos taurinos que son auténticas células durmientes que necesitan ser activadas cuando hay carteles que mueven a los reventas y llenan los restaurantes aledaños a las plazas. Esa idea de que cualquier corrida tiene algo interesante servirá para que una tarde para iniciados como es la Virgen de los Desamparados de Valencia con seis toros de Victorino en los chiqueros tenga una entrada pobre. O para que las temporadas de Madrid sean una competición para contar si hay más guiris que autóctonos. El modelo de Brihuega, el fantástico fin de semana de Olivenza en Badajoz, la corrida de la Beneficencia capitalina de este año o algunas tardes de Bilbao deberían ser el camino para que las clases medias que viven el ocio como una elección culta y de buena vida elijan el paseíllo taurino.

Los que viajamos como vagabundos del toreo por ese virtual planeta de clarínes y estocadas creemos que las generaciones se hermanan cuando la intensidad y la verdad taurómaca explotan. De Belmonte a Manolete, de Joselito «El Gallo» a José Miguel Arroyo, la ilusión y la vitola es la seña de identidad de la cultura taurina, de los viejos y nuevos, eternos taurinos.

Andrés Sánchez Magro