viernes, 16 de abril de 2010

EL JULI FIGURA CUMBRE DEL TOREO MODERNO DEMOSTRO QUIEN ES EL MANDON ABRIENDO LA PUERTA DEL PRINCIPE EN SEVILLA


El madrileño consigue la foto que una cornada le robó hace 11 años

El juli saldo una cuenta con seviila


Por muletazos como este, El Juli se ha apoderado de Sevilla/Foto:Matito 
En 1999 Julián cortó tres orejas a una corrida de Jandilla. Pero su descaro juvenil y ambición le hicieron cambiarlas por la enfermería. Hoy fue todo lo contrario. Sevilla se rindió a un torero maduro, sereno, profundo, que ha buscado y hallado la perfección en su concepto del toreo.
Desde que se abrió de capa, más bien desde que tomó la decisión de echar la tarde adelante pese a la lluvia, se vio que El Juli venía a morder. Cierto es que en sus manos cayeron los dos mejores toros de una variada corrida de El Ventorrillo. Dos animales bajos, con las fuerzas justas al principio pero que gracias a que todo se lo hicieron a favor rompieron en gran son. Los de San Román quisieron ir lejos y El Juli llevarlos más todavía. Y así fue.
Desde los lances de capa del primero, con tres o cuatro verónicas de crujir la plaza; el vistoso y templadísimo quite por chicuelinas y tijerillas rematado con una media colosal; y, sobre todo, varias series de muletazos con la planta encajada, la cintura rota, la tela muleta rastrera; los cambiados iniciales por bajo, los de pecho hasta el rabo, las salidas de la suerte, los redondos por derecho e invertidos... todo le salió aJulián en una tarde pletórica y de perfección, en la que a los dos toros los mató por arriba de dos espadazos.
Prefiero no hablar aquí del presidente. Bastante tendrá él solito con haber hecho el ridículo. Pero la tarde fue de cuatro. Pocos toreros habrán podido acariciarlo en Sevilla, pero a Julián todo le salió a pedir de boca. Dos toros embistiendo, la plaza con él y el torero en plenitud llevando la embestida hasta el final. No hubo un enganchón, una mueca, un renuncio y un nada.
Completo con todo, es de imaginar que a Julián le sepa como ninguna esta Puerta del Príncipe. Sevilla se la debía hace una década. Y se la entregó con honor al mejor Julique haya visto.La tarde empezó y acabó con Julián.
El primero de Castella fue un toro incierto, a la defensiva muchas veces y que se metió por dentro unas pocas. El quinto fue un buen toro, de preciosas hechuras, se vino de largo y largo se fue, a veces con un ligero punteo al final del muletazo. Castella fue la sombra de otras tardes en dos faenas largas, sin limpieza y sin cogerle el punto a ninguno. El primero no lo tenía, el quinto sí, pero hoy el huracán Juli fue demasiado fuerte.
El primero de Perera fue un toro muy flojo, que perdió las manos varias veces. Miguel Ángel trató de mantenerlo en pie en base al temple y a llevarlo muy despacio, consiguiendo algunos naturales de buen aire pero que no prendieron la mecha por la nula transmisión del enemigo.
El sexto fue un manso de libro. Perera trató de pararlo y sujetarlo pero el de El Ventorrillo sólo quiso huir. El extremeño tuvo que desistir de plantear faena y lo cazó como pudo con la espada.

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